Mary Poppins y su bolso

Imagen propiedad de Internet. 

¿Conoces a Mary Poppins? La niñera que todo lo sabía hacer. 

Cualquiera diría que Mary Poppins solo existe en la película...pues bien, no es cierto. ¡Tachán!
Cuando era pequeña recuerdo que mi madre tenía una amiga a la que yo llamaba Mary Poppins.

Imaginemos que se llama Rosa. Rosa en ocasiones se quedaba al cuidado de mí mientras mi madre no estaba. Rosa es una mujer amable, cariñosa y atenta con todos los niños. La recuerdo así y de hecho la mujer no ha cambiado, sigue la misma tónica. 

Rosa llevaba un bolso grande (o tal vez eso era percepción mía y no era tan grande al fin de cuentas) pero lo que si sé es que de aquel bolso podían salir infinitas cosas diferentes.

¿Que era la hora de la merienda? Rosa sacaba un bocadillo de atún, de queso o jamón. 
Así, tal cual, para elegir. 

¿Que de pronto hacía un poco de frío? Rosa sacaba una chaqueta de punto y me tapaba con ella. 

¿Que me tiraba por el suelo y me hacia un agujero en el pantalón? Rosa sacaba abuja y una madeja pequeñita de hilo y me hacia un apaño en nada de tiempo. 

Por todo ello, para mí ella era  Mery Poppins y no Rosa. La que todo lo sabía hacer. La que sacaba de su bolso plantas, lámparas o jarabes. Rosa jamás sacó una lámpara...de ser así creo que yo misma hubiera salido corriendo. 

La leyenda de Mery Poppins no acaba aquí, porque cualquier madre o tía que se precie lleva un bolso mágico. Tengo la teoría que el bolso se crea solo y viene con el cargo que se nos encomienda. 
Personalmente no soy madre, soy tía y puedo decir que mis mosntruitos pequeños siempre saben dónde buscar. Porque si hace frío los abrigo, si tienen hambre les doy la comida o la merienda o el pica-pica post merienda...el bolso viene con compartimentos y recobecos, lo mismo sale un ticket del ultimo juguete que se les antojó o lo mismo sale un mini Batman o Minion. 

Ya no hablemos del mogollón de papeles sin caramelos (los caramelos se los comieron y me dejaron el emboltorio a mí, muy considerados), del paquete de chicles que una compra y luego vuela, de mi agenda personal que más que citas y anotaciones mías lleva pintadas las aventuras de Superman contra Spiderman y su lucha por salvar el mundo. 

Aunque lo anterior es lo "pasable"...aún recuerdo mi bolso cuando los monstruitos iban en pañales...y es que entre chupetes (más de uno por si el primero se cae al suelo y por si el segundo se pierde), biberón del agua, biberón de leche (o en su defecto colacao cuando crecieron), toallitas (nunca sabes como puede llegar un niño a casa. Sabes lo limpio que sale ¿pero lo oscurillo que vuelve? Jamás, es otro misterio lo que tiene el parque), los coches de juguete, la pelota por si se aburre de los coches...¿Me olvido algo? ¡Ah si! Las llaves de casa y mi teléfono...y es que con tanta cosa de las criaturillas a una ya no le da ni espacio para un pasador. 

En definitiva, que una se recuerda de camino al parque empujando un cochecito con una mano, llevando al niño caminando con la otra mano (porque antes de salir de casa el niño accede a sentarse en el cochecito pero es que es llegar al ascensor y ¡ah! ya sabe dónde vamos por lo que dice NO al cochecito), todo ello con un ligero golpe de hombro para recolocarse el gran bolso de Mary Poppins que lucha por escurrirse brazo abajo (es ley vital anti robos, el bolso jamás se deja en el cochecito). 


 Para acompañar publicación:

https://www.youtube.com/watch?v=AivZSC9J3Rs&t=75s

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