Un lanzamiento más

                                                                  Imagen propiedad de una noticia de Internet


Lanzamiento. Lo que según la RAE definiríamos como "Despojo de una posesión o tenencia por fuerza judicial" en la calle se pronuncia "echar a alguien de su casa". 

Y si...y no...

Tengo contados todos los lanzamientos que, como parte de la comisión judicial, he hecho. Dicen que voy sobrada de memoria y es que, siempre recuerdo algo. Si no son los nombres, es la calle, si no es algún aspecto de la casa o de la conversación con el inquilino que la habitaba. 

Parte de la sociedad ajena al mundo del Juzgado y la Justicia ponen de manifiesto la opinión negativa en relación a los desahucios, respondiendo "sois los que echáis a la gente de su casa". El mundo de la "okupación" es muy amplio. Gran parte de dichas opiniones son basadas a lo que se ve en los telediarios. Comitiva judicial formada por auxilio judicial (antes agente judicial), gestor procesal y procurador (el que viene en nombre del propietario de la vivienda). En ocasiones acompañados de fuerzas del orden público. 

El tópico es creer que se presentan, al parecer en un domicilio cualquiera, y echan a quién allí vivía a la calle. Niños y ancianos incluidos. Somos algo así como el hombre del saco o el saca mantecas. La realidad dista mucho de la ficción, de los tópicos y de la imaginación del telediario o de lo que se supone que saben y en realidad desconocen. 

Se notifica la fecha del lanzamiento a un mes vista. La situación siempre depende de lo que uno se encuentra en cada vivienda. Efectivamente, si hay niños, si hay ancianos, enfermos crónicos o dependientes...  Se notifica primero apertura del procedimiento, luego viene la fecha del lanzamiento. Antes abrimos las diferentes opciones que tiene el "ignorado ocupante" que ahora pasa a tener nombre, apellidos y parte de vida de la que entras a ser conocedor. Se le ofrece ayuda de un abogado de oficio y también dar parte a servicios sociales. Sorprendería a muchos lectores, la cantidad de "ignorados ocupantes" que no quieren abogado ni visitan a su asistente social. 

Llega la fecha del lanzamiento y no se crean ustedes que ya todo está perdido. Según la ley, se puede oficiar ("avisar") a servicios sociales (para los menores) y protectora de animales (animales que estén en la vivienda). Pues bien, aún así, somos partidarios de suspender el lanzamiento si la situación lo requiere y dar una nueva fecha. Siempre con permiso del Letrado de la Administración de Justicia. 

Hasta aquí las situaciones más complicadas, cuando se tratan de lanzamientos a familias que en muchos casos viven autenticas situaciones de necesidad. Sin entrar en detalles 

Después están aquellos días con otra clase de dificultad. "Ignorados ocupantes de la jardinería y substancias diferentes". Fuera de casco urbano, nos personamos sin las fuerzas del orden público en la mayoría de casos. Caminamos hacia la puerta de la vivienda con la sensación aquella de "a ver lo que me encuentro". La auxilio toca al timbre. Recuerdo aquella vez en la que no abrían la puerta. En este caso no sabes si están en la vivienda o han salido. La sensación de inquietud aumenta. Intentas hablar con algún vecino para saber más. Alguien te cuenta que "el chico que vive allí es agresivo". La inquietud ya se eleva exponencialmente. Te concentras. Miras a la Gestora y empiezas a picar con la palma de la mano al grito de "Comisión Judicial, abra". Se vuelve a identificar la vivienda comprobando la sentencia y la demanda que viene por parte del propietario. También lo corrobora el procurador, que es a quién se le entrega luego la posesión de la vivienda, pues viene en nombre de propietario. 

Se da paso al cerrajero, que solo se dedicarán a abrir la puerta para que el Auxilio seguido por los dos anteriores acceda a la vivienda el primero. Aquel día no abrió nadie pero nos encontremos una casa que parecía habitada. Muebles cubiertos de polvo (que viene a ser normal en estos casos), ropa encima de sillas, zapatos acumulados en la entrada, papeles sobre la mesa del salón...Sigo la ruta de reconocimiento para comprobar que, efectivamente, no hay nadie en la vivienda. A la misma vez, los cerrajeros van cambiando la cerradura e instalando la alarma. 

La casa con grandes desperfectos, cableado por en medio tirado, paredes rascadas y pintadas...Subo a la planta superior y encuentro instalación de jardinería hecha. Claro ejemplo de lo contrario a aquel otro tópico "si ocupa es por necesidad". Sigo ruta por la casa, ahora toca hincar rodillas en el suelo para mirar bajo las camas, luego abrir armarios. Comprobar que en la vivienda no hay nadie. Maletas por el suelo. Diría que hemos entrado en un descanso pero que volverán como en aquella otra ocasión, que a parte de volarnos muebles por nuestro alrededor, el buen "ignorado ocupante" se dedicó a proferir amenazas con quitarnos de en medio, literalmente. Hasta calmarlo, lo que costó. 

Un día más en la oficina. Un día más siendo los grandes ignorados malos de la película que vienen del Juzgado. 


Comentarios