Paréntesis
Acompañame a estar solos; descorchar una botella de vino, del que sea, o bien una cerveza...No pretendo que esto me quede muy poético. Sinceramente no me importa de qué llenemos las copas o si olvidemos las copas y bebemos de una botella.
Nunca he sido más sincera conmigo misma que cuando, tumbada la otra noche en mi cama con los ojos bien abiertos me reconocí que te echaba de menos. No es amor, esto es un paréntesis.
Paréntesis en la rutina, en la vida de cada uno...
No es amor, porque tú me dices que el amor termina pronto. Así que no le pongamos etiquetas absurdas. Vamos, allá donde a nadie le importa quienes somos o si somos. No merece la pena hacer caso de lo que digan ¿ellos quienes son para meterse en esto?
Conduzco hasta llegar al lugar indicado, el ruido de la radio envuelve mi coche y bajo la ventanilla para sentir el aire fresco de la noche.
Extraño tus manos en mis caderas, tus labios en mi cuello, tus ojos mirándome fijamente. Me siento viva. Voy a ser breve, somos un paréntesis en un mundo de locos que prometen amor eterno y que luego mantienen con cualquier excusa absurda mientras se hacen daño mutuamente. Sigue enseñándome a sentirme viva.
Somos porque sentimos, si no sintiéramos no necesitaríamos una caricia por breve o furtiva que ésta sea. Sawu bona, shiki ona. Si no fuera por que nos reconocen la existencia , no seríamos. Sin los demás, sin su mirada no somos ni una piedra.
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