Respira
Imagen propiedad de El diván de Sofía.
Sofía nació el día que dijo "ya no aguanto más".
- Ya no aguanto sentirme menos.
- Ya no aguanto ser incapaz de untarme crema hidratante porque me da asco tocarme.
- Ya no aguanto no comprarme ropa porque soy incapaz de entrar en un probador y mirarme en el espejo.
- Ya no aguanto que me griten, que me humillen o que me peguen.
- Ya no aguanto sentirme el pato feo de la fiesta.
- Ya no aguanto ...
Sofía un día dijo "basta", sacó la cabeza del pozo y empezó a pelear. Las luchas con uno mismo siempre son las más complicadas de librar. Uno cree conocerse hasta que se da cuenta que no se conoce en absoluto.
Hoy en día, sobretodo en redes sociales, podemos ver el desfile de cuerpos de todas las características y formas. Podemos avanzar en dietas, en musculación pero lamentablemente en pensamiento seguimos estancados y es un enorme problema.
"Si no enseñas cuerpo eres una frígida, una estirada, una sosa. Si enseñas, entonces eres un poco puta y te gusta llamar la atención". Puede haber muchos tipos de fotografías pero las metemos a todas en el mismo cliché, aquel negativo. Somos incapaces de ver y distinguir una imagen estética.
No busco ni he buscado nunca llamar la atención. Si he buscado gustarme a mí. Es lógico después de sentir asco por una misma, salir del caparazón, despojarse de la armadura y ponerse un traje de baño o un vestido corto que jamás antes me hubiera puesto.
De eso va "quererse". ¿Puedo quererme en silencio? Sin enseñar imagenes ¿tal vez? Te contaré algo.
Recuerdo que en el colegio un día que salíamos de un examen, encontré una nota de la profesora en el interior de mi libreta. Decía "Sé que conseguirás todo lo que te propongas, a tu forma, tan discreta y silenciosa".
En ese momento, cuando quedaba menos de un mes para terminar lo que había sido el instituto, quise volver atrás y hacer más ruido, pisar más fuerte y hablar mucho más. Estaba claro que hacia atrás no podía volver, por lo que sólo me quedaba intentar hacer más ruido durante los siguientes años.
Luego pasaron un cúmulo de ciertas cosas en mi vida que tampoco me hicieron desplegarme y continué siendo igual o más callada y discreta. Caí en el pozo y engordé casi treinta quilos. Me fue bien, aquel era mi disfraz.
Hace seis meses volví a encontrar la nota y empezó lo que he llamado "operación reconstrucción". Es un proceso, los libros de autoayuda no ayudan. Solo ayuda la verdadera intención que tenga uno mismo en hacer las cosas. Así que me puse en manos de una profesional y perdí doce del peso que me sobraba.
Soy Sofía. Tras mucho trabajo personal he conseguido quererme, valorarme y respetarme. ¿Me vas a decir que soy puta por hacerme unas fotografías en traje de baño o ropa interior? Lo llamo poder, poder al sentirse bien con el cuerpo de uno mismo. Pese a no ser perfecto, nadie lo somos.
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